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viernes, 20 de julio de 2012

El reino de Asturias y el emirato de Córdoba.

Todas las complicaciones a las que Abd al-Rahman tuvo que hacer frente dentro del mismo al-Andalus no permitieron al emir dedicarse a hacer la guerra santa a los cristianos, como a buen seguro era su deseo. En ocasiones tuvo que dejar impunes las usurpaciones cristianas de algunas partes del territorio andalusí, envalentonados como estaban ante la impotencia cordobesa ocupada en otros menesteres.
Alfonso I murió al año de que Abd al-Rahman entrase en Córdoba. Le sucedió su hijo Fruela, que reinó entre los años 757 y 768. La crónica latina dice que este rey asturiano obtuvo una gran victoria sobre las armas emirales en Pontuvium, Galicia. Murieron, siempre según los cristianos, muchos musulmanes y uno de los hijos del emir, Umar, fue hecho prisionero y decapitado por orden de Fruela. Por parte árabe no hay ninguna mención sobre estos hechos, como tampoco, por parte  cristiana, hay noticias de una ofensiva cordobesa, sobre 767, en los confines de Álava, dirigida por Badr, el mawla (persona que actuaba como cliente de alguna casa o algún personaje poderoso prestando servicio ) de Abd al-Rahman I. Debió tener éxito, ya que el general exigió rehenes e impuso tributos a todas aquellas poblaciones por las que pasó.
Se conserva una crónica de al-Razí, la más antigua sobre el emirato omeya, en la que se habla de un armisticio, firmado por cinco años entre " el noble emir y respetable rey Abd al-Rahman " y los "patricios, monjes y el resto de la población de Castilla y de sus dependencias ". El pacto suponía para los cristianos la entrega anual de 10.000 onzas de oro, 10.000 libras de plata y 10.000 caballos y otros tantos mulos, sin contar 1.000 cotas de malla, cascos y lanzas de asta de fresno.
Desde luego, las condiciones no podían ser más draconianas, pero no se sabe, tampoco cuál fue su nivel de cumplimiento.
En cuanto a la referencia de " Castilla ", en una época tan remota no sabemos si correspondería al flanco del reino asturiano, un territorio, como una especia de "marca" al sur de la cordillera Cantábrica, o una prefiguración de Castilla la Vieja.
A Fruela le sucedieron Aurelio, Silo y Mauregato. Parece que estos tres reyes mantuvieron buenas relaciones con el emirato cordobés, pues no se conocen actividades guerreras entre los dos bandos. Posiblemente, durante los veinte años que duraron estos tres reinados, hubo una tregua cuyas condiciones son desconocidas.

Al- Andalus...de Concha Masíá.