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sábado, 10 de noviembre de 2012

Al-Jabbar (cuento)


Erase una vez un creyente llamado Abdel Jabbâr, tenía esposa y tres hijos, vivían muy felices en un pueblo muy tranquilo y agradecían a Allah constantemente por vivir una vida tan bendita.
Un día, uno de los hijos de Abdel Jabbâr falleció . Abdel Jabbâr tenía el corazón roto por la pérdida de su hijo más pequeño y muy triste recordaba junto a su padre un suceso ocurrido en el pasado.
Una vez, cuando Abdel Jabbâr era niño, estaba jugando con sus juguetes cuando de repente uno de sus juguetes se partió en dos mitades, tras llorar y llorar su padre le dijo:
-No te preocupes hijito, Allah reparará tu juguete.
El pequeño Abdel Jabbâr dejó de llorar y siguió jugando con sus otros juguetes.
Unos días después, su padre le trajo el juguete reparado y le dijo:
-Mira hijito, igual que Allah reparó tu juguete, Él puede reparar cualquier cosa, por imposible que parezca.
Abdel Jabbâr muy feliz jugó con su juguete reparado y le tomó mucho cariño, tanto que incluso siendo adulto lo conservaba.
Tras recordar esos momentos del pasado, cogió el juguete y le dijo a su padre:
-¿Recuerdas esto?
Su padre le dijo:
-Si, claro, es uno de tus juguetes de cuando eras niño.
Abdel Jabbâr le dijo:
-¿No recuerdas aquello que me dijiste cuando lo trajiste reparado?
Su padre le contestó:
-Si lo recuerdo, Allah es el Reparador de toda cosa rota. Confía en Allah hijo mío, Él te devolverá a tu pequeño.
Abdel Jabbâr, muy dolido, dijo a su padre:
-Allah no reparó mi juguete, fuiste tu quien lo hizo, además este juguete no es el mismo, si te fijas quedó dañado en parte, mira estas pequeñas grietas.... Abdel Jabbâr señalaba el lugar por donde se rompió el juguete.
Su padre muy calmado contestó:
-Ciertamente Allah reparó tu juguete a través de mi, a veces las personas somos medios utilizados por Allah para conseguir un propósito el cual sólo Allah sabe, yo podía haberte comprado un juguete igual al roto, sin embargo decidí repararlo, y sólo Allah sabe por qué hice tal cosa.

Abdel Jabbâr no decía nada, pero su corazón aceptaba las palabras de su padre, quien continuó diciendo:
-El Todopoderoso utilizó a un ser imperfecto como yo para reparar tu juguete, pero ten por seguro que cuando Allah resucite a tu pequeño, no quedará ni un átomo de imperfección en la reparación de su dañado cuerpecito. - Su padre lloraba. - Allah es Grande hijo mío, confía en Allah , que los creyentes confíen en Él.

Abdel Jabbâr comenzó a llorar junto a su padre y le dijo:
-Gracias papá, Allah es Grande.

Trascurrieron los meses y Abdel Jabbâr iba recuperando la sonrisa, agradecía mucho a Allah y aceptaba Su voluntad con total humildad y confianza.
Al cabo de unos años, el líder del país más poderoso del planeta decidió atacar el país donde vivía Abdel Jabbâr y su familia .Todo un ejercito se disponía a invadir zona por zona hasta llegar a su objetivo.
Las batallas se sucedían hasta que llegó al lugar donde vivía Abdel Jabbâr y su familia, tras días de mucho miedo e incertidumbre, el conflicto llegó a su zona, tras sufrir una noche de explosiones, la casa de Abdel Jabbâr se vino abajo por una bomba lanzada por este temible ejercito.
Tras los bombardeos fueron rescatados los supervivientes, Abdel Jabbâr era uno de ellos, también su esposa sobrevivió, no así sus dos hijos, los cuales murieron.
Ahora Abdel Jabbâr sentía mucha mas tristeza que la primera vez que murió uno de sus hijos, aunque el dolor era el mismo.
Abdel Jabbâr no dudaba de que Allah le devolvería sus hijos algún día, pero ahora con mas fuerza pedía justicia y venganza contra aquellos que invadieron el país.
Abdel Jabbâr sabía que esa había sido la voluntad de Allah, y nada ni nadie puede oponerse a la voluntad de Allah, pero Allah no manda que cometamos actos atroces y nos dio libre albedrío, por lo que pedía justicia y venganza contra los responsables de aquellas masacres cometidas.
Acabó la invasión y se restableció el orden.
Abdel Jabbâr intentaba junto a su mujer vivir una nueva vida aceptando el decreto de Allah (el Altísimo), pero no pasaron mas que dos años y la muerte les encontró.
Cuando Abdel Jabbâr volvió a la vida, encontró algo que jamás había imaginado, su esposa y sus tres hijos le esperaban en un verde y hermoso jardín, era el jardín más hermoso que jamás haya visto ojo humano, algo tan perfecto sólo podía ser la morada de Allah.

Sólo Allah es Al-Jabbar (El Todopoderoso, el Reparador)
Es Él Quien inicia la creación y, luego, la repite. Es cosa fácil para Él. Representa el ideal supremo en los cielos y en la tierra. Es el Poderoso, el Sabio.
Sagrado Corán 30:27

Y cuando Abraham dijo: «¡Señor. muéstrame cómo devuelves la vida a los muertos!» Dijo: «¿Es que no crees?» Dijo: «Claro que sí, pero es para tranquilidad de mi corazón». Dijo: «Entonces, coge cuatro aves y despedázalas. Luego, pon en cada montaña un pedazo de ellas y llámalas. Acudirán a ti rápidamente. Sabe que Allah es poderoso, sabio».
Sagrado Corán 2:260