Seguidores

jueves, 29 de agosto de 2013

Poetas andaluces de al-Andalus

Abu Hayyan Al Garnati (1256-1344)
nació en Granada, aproximadamente el 19 de noviembre 1256.
Poeta e importante comentarista del Corán, experto en lecturas coránicas, excepcional gramático de la lengua árabe y otras lenguas orientales, lexicógrafo y biógrafo. Es autor de 68 obras sobre diversos temas.
Provenía de una familia originaria de Jaén, de aquí que se le llamara Al-Hayyan. Comenzó sus estudios en su ciudad natal –Granada-, trasladándose más tarde a Málaga y Almería, donde prosiguió sus conocimientos del Corán y de gramática.
Debido a algunas diferencias surgidas con alguno de sus profesores, abandonó su patria y se trasladó, en 1281, a Ceuta, pasando luego a Túnez, Alejandría y El Cairo; recorrió todo Egipto e hizo además su peregrinación a La Meca, aprovechando el viaje para relacionarse con más de 500 gramáticos árabes.
Cuando en 1298 murió su maestro Muhammad Ibn Al Nahas, se le confió su cátedra y continuó sus lecciones sobre gramática, así como su labor de lector del Corán en una de las mezquitas de El Cairo, recibiendo los favores del Emir a quien con frecuencia visitaba y con quien compartía animadas tertulias. Hombre de un temple y una firmeza de espíritu capaz de dominar sus pasiones, nunca la cólera alteró su vida privada y sus cargos públicos, y era admirado por su simpatía, y por lo agradable de su conversación, llena de ocurrencias y bromas. Cuenta la anécdota de la simpatía que se granjeaba por todos sitios por su marcado acento andaluz.

Pese a la posición acomodada que ocupaba, era austero en sus gastos, procurando reducirlos a lo estrictamente necesario. Aunque poseía sobrados recursos para comprar libros, prefería acudir a las bibliotecas públicas para su lectura. “El buen Allah, -decía-, te ha dado la inteligencia para que te sirvas de ella en las cosas de la vida: yo puedo pedir en las bibliotecas públicas tal o cual libro que deseo estudiar; mas si quisiera pedir dinero, a nadie encontraría dispuesto a dármelo.” .
Tuvo una hija, Nudhar –que significa oro puro-, que también fue poeta como su padre, distinguiéndose tanto que hizo exclamar a éste: “Deseo que su hermano Hayyân se le parezca”. A la muerte de ésta, consiguió Abû Hayyân permiso del príncipe de la ciudad para sepultarla en el interior de la población, elaborando una hermosa elegía en su honor que llevaría por nombre “Oro puro” para consuelo de Nudhar.
Fue conocido como el jefe de los gramáticos. Al Safadi le llamó “El Príncipe de los creyentes en gramática”, señalando que si hubiese sido contemporáneo de los eruditos de Basrah, los hubiese instruido y hubiese podido competir con cualquier gramático, o escuela de ellos. Como lingüista, su interés fu más allá del árabe y su gramática, llevando a cabo estudios e investigaciones en otras lenguas orientalizantes como el turco, persa y etíope; idiomas que habló correctamente y acerca de los cuales escribió su gramática.
Murió en El Cairo, el 10 de julio de 1344.

Al Qalfat(-915)
ABU ABD ALLAH AL QALFAT nació en Reino de Córdoba.
No se sabe con seguridad por qué se le aplicó el apodo de Al Qalfat; puede que algunos de sus antepasados ejercieran el oficio de calafate (carpintero de ribera), pero como mote es posible que la palabra tuviera un matiz despectivo. Pensamos en un calafate en plena faena, calentando la pez y manipulando la brea para cerrar las junturas de las maderas de las naves, no debe tener un aspecto externo precisamente limpio y sabemos por Al Zubaydi que solía ir suciamente vestido, y tenía la presencia innoble, con escaso sentido de la dignidad. Si a esto añadimos su desordenada conducta los juicios de los historiadores islámicos sobre su conducta son muy duros Ibn Hayyan le llama hombre malvado; de mala ralea, e Ibn Idari gran calumniador de personas honradas, que componía versos plagados de desvergüenza y puercas necedades.
A pesar de tener tan mala "prensa", mantuvo cordiales relaciones con hombres de gran honorabilidad que no hubieran existido de ser completamente ciertas las acusaciones que lo tachaban de hombre poco solidario.
Era un destacado gramático, con un conocimiento excepcional de la lengua árabe. Es por esta razón por la que Al Zubaydi lo incluyó en su obra sobre los gramáticos andalusíes, destacándolo como el único que podía equipararse al célebre Al Hakim, cima de los eruditos de su época. Con tales pertrechos de conocimientos gramaticales y del léxico, tenía que dominar la técnica poética, cultivando los géneros apologéticos y satíricos.
Pero no sólo cultivó el género satírico, sino que compuso poesía de tonos menos violentos y aun opuestos, como son los panegíricos. También dedicó atención al cultivo de la poesía floral y amorosa.
Al Qalfat murió en 915.

Abu Madyan (1126-1198)
ABU MADYAN SUAYB IBN AHMAD IBN YAFARIBN SU AYB IBN AL HUSAYN AL ANSARI, nació en Cantillana, provincia de Sevilla en 1126.
Nacido en una familia modesta en Al Andalus desde joven sintió el deseo del conocimiento, con lo que se inició en los estudios coránicos. Una vez terminada su educación en Al Andalus partió hacia el Magreb para continuar con sus estudios de mano de grandes Maestros. Permaneció en Bujía y en Fez, donde atendió y se formó con grandes eruditos de las ciencias Después de ser iniciado en el sufismo por el maestro iletrado Abu Yaza partió hacia Oriente. Allí conoció al gran maestro Abdul Qadir Al Yilani, al que consideró posteriormente como uno de sus grandes maestros.

Tras la peregrinación regresó al Magreb, estableciéndose en Bujía, donde habitaba una importante comunidad de emigrantes andalusíes. Allí fue donde impartió su maestrazgo donde acudían numerosos buscadores (salik) de diferentes partes del occidente islámico.
Falleció cerca del 1198 en Tremecén (Argelia) en respuesta al requerimiento del sultán de Marruecos para que acudiese a su corte. Su tumba, localizada a las afueras de esta ciudad argelina se mantiene hoy en día, siendo un lugar de visita piadosa.
Abu Madyan no dejó ninguna obra escrita, pero sus enseñanzas fueron recogidas por sus seguidores, especial su alumno Ibn Qunfud. Se conservan:
Sus aforismos (hikam), de los que existen numerosos manuscritos. Han sido editados por V. Cornell en su The Way of Abu Madyan. Existe una edición en árabe y el Shaij Mustafa Al Alawi les ha dedicado un comentario.
Su Pemario o Diwan . Ha sido editado en Damasco como recopilación de la tradición oral que existe de sus poemas.