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viernes, 22 de agosto de 2014

IBN ZUHR. Poetas de al-Andalus.

Ibn Zuhr(1073-1161)
ABU MARWAN ABD AL MALIK IBN ABU AL ALA IBN ABU MARWAN IBN ABD AL MALIK IBN ABU BAKR MUHAMMAD IBN MARWAN IBN ZUHR AL ISBILI AL IYADI conocido en la Europa Medieval con el nombre latinizado de AVENZOAR o ABUMERON, nació cerca de Isbiliya (Sevilla) en 1073 o, según otras fuentes en 1091.
Fue un destacado médico andalusí, filósofo y poeta, perteneciente a la dinastía Banu Zuhr de médicos, andalusíes, su educación fue la típica de la Hassa o clase alta islámica, basada en conocimientos religiosos, a lo que se añadió su formación médica como discípulo de su padre. De su vida privada se conoce poco, apenas que casó joven y tuvo al menos dos hijos varones y una hija, que también se dedicaron a la medicina, así como una de sus nietas.
Su vida pública está ligada a la del poder en Al Andalus ya que su familia habían sido médicos de dinastía de los Banu Abbad, reyes de la Taifa de Isbiliya, por lo que el advenimiento de la nueva dinastía de los Al Murabitun, perdieron el favor de los gobernantes.
Posiblemente en 1124, el Emir Al Muminin, convocó a Marrakus a su hermano Ibrahim, Ibn Zuhr, como integrante del séquito, fue encarcelado por unos diez años aunque las fechas exactas y los cargos no se conocen. De todas formas el encierro no fue duro, ya que se le permitía la visita de su mujer y algunos discípulos, practicar la medicina, tanto en la cárcel como en la misma Corte y llegó a ser preceptor de alguno de los hijos del Emir.
Cuando en 1146 Ibn Zhur fue liberado y entró al servicio de la nueva dinastía, a la que dedicó el “Kitab al-Ag?iya” o Libro de los Alimentos. Sin embargo, Ibn Zuhr decidió dejar la Corte y retornar a Sevilla, donde se dedicó a la medicina y a la enseñanza.
A pesar de su vuelta a Al Andalus, siguió contando con el patronazgo Al Muwahhidun, ya que Abd Al Mumin le patrocinó el “Kitab al-Taysir fi ad-madawat wa-al-tadbir”, y sus descendientes prosperaron en torno a la dinastía.
Ibn Zuhr murió en Sevilla entre el 1161/1162. Al morir fue enterrado con sus antepasados en la Bab al-Fath o Puerta de la Victoria de Sevilla.

Avenzoar. Corría el año 1091 cuando en Peñaflor, lugar cercano a Sevilla, como escribe Gómez Caamaño, nació Avanzoar, su nombre árabe era Abu Mernan Abd El Maleck Ben Abd Ben Zar. Monardes lo atestigua desde su categoría indiscutible de historiador. Perteneció a la dinastía de los Aven-Zohor. Su padre, cuyo nombre latinizado era Alguazir Albuleizor, ejerció como médico al servicio del rey al-Mútamid de Sevilla, llegando a alcanzar, después de la invasión Almohade, un alto puesto en la Corte de Yusuf ben Tasfín.
 Avenzoar, además de médico fue filósofo y poeta. Distinto y original no aceptaba totalmente las doctrinas que en la medicina imperaban. Espíritu inquieto y un tanto rebelde se atrevía a discutir a los indiscutibles: a Galeano, a Avicena…Plasma su intuición, su visión, profética casi, en muchos problemas médicos. En pleno siglo XI, en plena época tremendamente oscurantista y mágica, tenía ideas atinadísimas sobre anatomía, filosofía, patología…
 Dos facetas importantísimas destacan en este peñaflorense ilustre: El ser autor del "Teisir" y el haber tenido como discípulo al gran Averroes.
 En el Tratado de Medicina y Dietética "Teisir" demuestra Avenzoar sus portentosos conocimientos de terapéutica y pone en tela de juicio afirmaciones de sabios de la antigüedad, incluso las del intocable Galileo. Al mismo tiempo las afirmaciones contenidas en la obra citada son producto de su mente y conocimientos prácticos, no dejándose mediatizar por las corrientes médicas de su tiempo. El corazón, el paludismo, las úlceras de estómago, la fisiología del útero, etc., fueron temas estupendamente estudiados por Avenzoar.
 En cuanto a Averroes parece ser que el "Teisir" fue escrito por Avenzoar a instancias de su discípulo como complemento práctico de su "Colliget". Colaboraron juntos, maestro y discípulo; aunque mediaban treinta años entre ambos, Avenzoar tuvo conciencia del superior talento de Averroes.
Fue poeta. Su fina y aguda sensibilidad encontró su mejor plasmación en la epigrama, ingenuos unas veces, satíricos otras, impregnados de hondo fatalismo y amargura en ocasiones. De la estancia de Avenzoar en Peñaflor tenemos pocas noticias. Tal vez sea necesario recurrir a la tradición y afirmar que en el Castillo, cuyos restos son colindantes a la acogedora y bella placita que lleva su nombre, pasó años de infancia y largas temporadas, ya como aristócrata de la medicina y de la sociedad, en la que alcanzó una posición elevada. Falleció en 1163 tras una larga e importante vida dedicada a la ciencia y fueron enterrados sus restos en el panteón de su familia. Hispano-arábigo, filósofo, poeta, médico…