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martes, 18 de noviembre de 2014

Gobierno en la Granada Nazarí.


Organización territorial

Vista de la Alhambra de Granada, el lugar donde residía el rey del Reino Nazarí de Granada.
El Reino de Granada comprendía parte de las provincias actuales de Jaén, Murcia y Cádiz, y la totalidad de Almería, Málaga y Granada, pero fue reduciéndose hasta que en el siglo XV abarcaba aproximadamente las provincias actuales de Granada, Almería y Málaga. El reino estaba dividido en circunscripciones territoriales y administrativas, denominadas tahas. A la frontera entre el reino de Granada y los territorios de la Corona de Castilla se le denominaba la Banda Morisca, de ahí que muchos pueblos de Andalucía Occidental se llamen "de la Frontera [con Granada]". Así mismo, el Reino nazarí sufrió de un importante problema de superpoblación.
La capital nazarí, Granada, se convirtió en los siglos XIV y XV en una de las ciudades más prósperas de una Europa devastada por la crisis del siglo XIV. Era un centro comercial y cultural de primer orden que llegó a contar con unos 165.000 habitantes y del que se conservan importantísimos conjuntos urbanísticos como la Alhambra y el Generalife.15 En el Albaicín vivían los artesanos y el resto de la población ocupó la parte llana hacia el sur, con grandes industrias, aduanas y la madrasa (المدرسة). Hoy en día quedan numerosos vestigios como la Alcaicería, el Corral del Carbón o el trazado de las calles hasta la antigua puerta de Bibarrambla.
Otras ciudades de importancia eran Almería –aunque su periodo de esplendor había sido en los siglos XI y XII con los reinos de Taifas–, Málaga, Guadix y Baza. La comarca de las Alpujarras, si bien no contaba con ninguna ciudad de importancia, era una zona muy poblada y de gran importancia económica para el Reino, situación que perduraría hasta la sublevación de 1568, tras la cual la mayor parte de la población islámica abandonaría la comarca.
Política exterior

Posición del Reino Nazarí en el Mediterráneo Occidental, hacia 1360.
En sus inicios el reino de Granada fue un reino aliado de la Corona de Castilla, aunque posteriormente tuviera que hacerse tributario de ella para mantener su independencia. La monarquía se mantuvo gracias a las concesiones a los castellanos, a la necesidad de éstos de consolidar sus conquistas y a los pactos con los benimerines del Magreb. Esta difícil situación se mantuvo gracias a la diplomacia y la habilidad política de ciertos reyes nazaríes. Durante buena parte del siglo XIV las luchas entre cristianos y benimerines, con el apoyo nazarí, por el control del Estrecho de Gibraltar iban a ser una constante, con una larga historia de alianzas y traiciones, de pérdidas y conquistas.16 En 1305 los nazaríes conquistaron Ceuta, aunque en 1309 los Benimerines la reconquistan gracias a la ayuda aragonesa. En 1325, tras el asesinato de su padre Ismaíl I, Mohámed IV accedió al trono de Granada, quien en 1333 arrebató Algeciras y Gibraltar a los castellanos, aunque no pudo disfrutar de sus éxitos militares porque fue asesinado ese mismo año, a los 18 años de edad, sucediéndole su hermano menor Yúsuf I. En 1384 los nazaríes volvieron a conquistar Ceuta otra vez, pero tres años después la volvieron a perder a manos del Reino de Fez.
La Batalla del Salado en 1340 supuso un serio varapalo tanto para Nazaríes como Benimerines, pues éstos nunca más volverían a intervenir en la Península Ibérica y, por tanto, los reyes nazaríes perdían así la ayuda militar del Norte de África. No obstante, la derrota en el Salado no supuso ningún descalabro para Granada, que pronto volvería a la política de pagos y vasallaje con Castilla. Tras el esplendor de estos reyes, especialmente Muhámmed V, las luchas dinásticas marcaron la vida del reino, lo que hizo que la existencia del reino dependiera en gran medida de la voluntad de los reyes de Castilla y de las relaciones de equilibrio con los reyes de Aragón.
Ejército
Cuando Muhammad ibn Nasr, el primer rey nazarí, consolidó los dominios del Reino de Granada, estableció el esquema básico del que sería el ejército del reino. En el Reino Nazarí de Granada el estamento noble estaba formado por dos grupos: el autóctono y el foráneo. El autóctono estaba formado los antiguos terratenientes, que tenían grandes posesiones y extensos señoríos; vivían holgadamente, a veces hasta con lujo. El foráneo lo integraban las familias nobles que se habían visto obligadas a emigrar de los territorios ocupados por los cristianos; sus miembros se veían obligados a buscar empleo en la corte y malvivían cuando no lo alcanzaban. Ibn al-Ahmar enroló a los foráneos en el Ejército granadino; por eso éste estaba formado inicialmente por dos cuerpos de milicias: uno permanente y asalariado, formado por los nobles y capitaneado por el rey, y otro, la Muttavia, de mercenarios temporales reclutados para una determinada empresa y en el que se alistaban los guerreros de toda condición social.
A partir de 1264, llegan desde Tremecén al reino nazarita los primeros voluntarios capitaneados por los hermanos Abu Tabit Amir ibn Idris y Abu al-Muarrif Muhammad, por lo que se organiza otra milicia regular formada por voluntarios bereberes y exiliados marroquíes. Además de estos cuerpos, los reyes nazaritas, recordando la costumbre de los omeyas cordobeses y de los reyes taifas del siglo XI, encomiendan su guardia personal a un cuerpo especial formado sólo por cristianos, castellanos mayoritariamente, desterrados o huidos de su tierra, a veces cautivos, islamizados o elches.
Marina
La flota de guerra nazarita tenía su base principal en el puerto de Almería. Sin embargo, la flota era débil, poco imponente y se empleaba más en la piratería por la costa de la Corona de Aragón que en guerra abierta. Los habitantes del reino nazarí eran poco aficionados a la marina, como según cuenta Ibn Jaldún, de los que dice que eran «extranjeros en la mar».18 La armada nazarita se veía obligada a enrolar mercenarios, almogávares audaces y aventureros de la mar, cuyo ideal era la piratería. En el periodo más brillante de la marina de guerra granadina, el siglo XIV, destacaron dos almerienses: el qaid Abu-l-Hasan y su sobrino, Abu Abd Allah Ibn Salvator.